viernes, 12 de noviembre de 2010

Las penas del joven Werther - Goethe ( Fragmentos heavy)

“¡Qué niños somos! ¡Con qué vehemencia suspiramos por una mirada! Las señoras salieron en coche, yo buscaba los ojos de Carlota. Su mirada vagaba, de un lado a otro, sin dirigirse a mí. Pasó el coche y lo seguí con la vista. Carlota sacó la cabeza por la portezuela y se volvió a mirar. ¡Ah!... ¿Era a mí? Acaso se volvió para verme; acaso…” 


“Quisiera que vieras la estúpida cara que pongo cuando la gente habla de Carlota y, sobre todo, cuando me preguntan si me gusta. ¡Gustarme! ¿Qué hombre habrá a quien no le guste, a quien no le robe el pensamiento y todo sus ser?” 


“¡La veré!, exclamo con júbilo por la mañana cuando al despertarme dirijo mis miradas hacia el sol naciente. La veré, y no tengo otro deseo en todo el día”. 


“Hay ocasiones en que no comprendo cómo puede amar a otro hombre, cómo se atreve a amar a otro hombre, cuando yo la amo con un amor tan perfecto, tan profundo, tan inmenso… cuando no conozco más que a ella, ni veo más que a ella, ni pienso más que en ella”

“Tienes razón cuando dices que aquí abajo habría menos amarguras si los hombres no se dedicasen con tanto ahínco a recordar los dolores antiguos, en vez de soportar con entereza un presente tolerable”




El alma en los labios- Medardo Angel Silva

Cuando de nuestro amor, la llama apasionada,
dentro de tu pecho amante, contemples extinguida,
ya que sólo por ti  , la vida me es amada,
el día en que me faltes ,me arrancaré la vida.


Porque mi pensamiento ,lleno de este cariño,
que en una hora feliz , me hiciera esclavo tuyo,
lejos, de tus pupilas, es triste como un niño,
que se duerme soñando, en tu acento de arrullo.


Para envolverte en besos ,quisiera ser el viento,
y quisiera ser todo, lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar ,más cerca de tu boca.


Vivo de tu palabra y eternamente espero,
llamarte mía como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero,
y besando tus cartas ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda,
decirte la inefable, pasión que me devora;
para expresar mi amor, solamente me queda,
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda,
dejar mi palpitante ,corazón que te adora


Medardo Angel Silva (Los Decapitados)